domingo, julio 06, 2008

En los corrales de Santo Domingo



Yo no lo haría ni por todo el oro del mundo. Eso de meterme entre una masa desbordada por el jolgorio que espera a que alguien grite lo de "¡Viva San Fermín!" para empezar una fiesta de desenfreno durante siete días no va conmigo. Vamos, que de envidia nada.

Sin embargo, para mí un verano no es verano si desde el 7 al 14 de julio no me pongo delante de la televisión a las ocho en punto de la mañana. Corrales de Santo Domingo con luz dorada de día recién estrenado, un cohete que estalla en el cielo, sonido de cencerros de unos cabestros que se desperezan azuzados por los pastores, las voces de los mozos que esperan con la adrenalina a tope la llegada de la manada, cascos de pezuñas apuradas sobre el asfalto... Todo eso me ha acompañado cada julio desde que era muy pequeña.

Pero la jornada sanferminera empezaba mucho antes. "Vamos, Covi. ¿Te quieres levantar para ver el encierro?" Echar los pies fuera de la cama. Coger las gafas con movimientos torpes. Tambaleo por el pasillo hasta el salón. Y Javier Solano dándote los buenos días desde el televisor. Porque para mí la voz de Javier Solano siempre será la voz de los encierros de San Fermín. Ahora y cuando tenga 80 años.

Gracias a él, te enteras de que los toros de Miura corren siempre los domingos, porque habitualmente se comportan como ovejitas luceras en el trayecto hasta la plaza, y no hacen por la ingente cantidad de mozos que abarrota el itinerario. O que los de Jandilla suelen ser jodidos, y que uno del Marqués de Domecq mató en el 95 a un extranjero, última víctima mortal por asta de toro. Y respecto a ganaderías, para mí el nombre de Cebada Gago siempre va asociado a Pamplona. Cada vez que escucho a alguien citarla, es como si fuera el propio Javier Solano el que la estuviera mentando.

¿Y qué me decís de los anuncios? Yo no sé ustedes, pero el tragarse la publicidad también forma parte de cada mañana de San Fermín. ¿Os acordáis de aquel señor de bigote que probaba un espárrago con tanta fruición como seriedad, intentado discernir si era digno de recibir la denominación de origen "espárrago de Navarra"? Pero ahí no acaba la cosa: "Dueeeeeeeeeeermen, y yo Moshy ayudo a su descaaaaaaanso. ¡Con almohadas confortables! Edredones nórdicos Moshy-cálidos. ¡Cubrecolcohes Moshy-prácticos! Descansa tranquila..." Aceite de oliva Urzante. Queso de oveja Idiazábal, 100% puro de oveja latxa. Pimientos del Piquillo Dantza. "Al pan... Pamplonica". "¡Coño cariño, son casi las ocho! Me voy a correr detrás de tuuuu maridooo. Mmmmmm.... ¡Sanfermín.com!" Y, entonces, vuelta a empezar, porque "Helvetia Seguros les ofrece la repetición de los encierros de San Fermín".

Poco importa lo que suceda por la tarde en el Coso de la Misericordia. El cénit de estas fiestas se vive cada día a primera hora de la mañana. Sí, desde luego, la de Pamplona es plaza de primera y triunfar en ella tiene mucho mérito... sobre todo porque hay media plaza que no te está haciendo ni puñetero caso mientras tú te pones delante de un toro. Lo siento mucho, pero si yo fuera torero y tuviera la posibilidad de escoger contratos, no pisaría la ciudad navarra.

Mañana, la cuesta de Santo Domingo, la plaza del Ayuntamiento, Mercaderes, Estafeta y Telefónica volverán a ser el centro de todas las miradas. Por allá estará alguien que conoce los sanfermines como nadie. No dejen de leerlo. Eso sí, cuando todo termine, porque en estos días va a andar un poco ocupado... Comparado con él, todo lo que los demás (incluida yo) les puedan decir es tontería.

Los primeros toros que verán las calles de Pamplona este año esperarán desde esta noche en los corrales de Santo Domingo.

La imagen, de aquí

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