lunes, abril 03, 2006

Un año (publicado en julio de 2005)

Hace un año a estas horas ya estaba contigo. Estábamos juntos, en el sofá de tu casa, comiendo un helado a medias y viendo la televisión. Esa tarde me había recorrido los quinientos kilómetros que separan Madrid de Sevilla metida en un autobús, cargada de ilusiones, dispuesta a ofrecer lo mejor de mí para que en aquellos cinco días todo saliera perfecto, tal y como, finalmente, ocurrió. Sólo nos falló el final...
Lo recuerdo todo al detalle, nítidamente. Recuerdo especialmente el sol que hacía en mi Sevilla a las ocho de la tarde, cuando "el autocar chillón" entraba en Plaza de Armas. Mis nervios. Tú, vestido de azul, esperándome en la dársena con carita de expectación. Tu perilla. Lo guapo que estabas. Las calles del centro de la ciudad, repletas de gente, que apuraba el tiempo para hacer las últimas compras del día. Plaza de la Encarnación. El autobús número 32. Mi maleta, enorme, estorbando a los viajeros. Yo, intentando constantemente llamar a mi madre para decirla que había llegado bien, a pesar de que el teléfono no dejara de comunicar. Tu casa, por fin, pequeña pero acogedora; un típico piso de estudiantes. El bar aquel, en el Nervión Plaza, al que fuimos a cenar y que nos volvería a ver juntos más tarde. El estadio Ramón Sánchez Pizjuán. Tu casa de nuevo. La azotea, de noche. Ahora sí, el sofá y el helado. Mis nervios de nuevo, sabiendo que faltaba poco para que sucediera. Aquella habitación. Mi pijama rosa. El primer beso que nos dimos. La ventana y tú abrazándome por la espalda. La noche de Sevilla, su calma. Las dos camas juntas...
Tu facultad. Tus aprobados. Tu barrio. Nuestras siestas. La ducha. "La Pasión de Cristo". Tú dormido en el sofá, agotado.
Aquel abrazo que me diste nada más despertar y que me supo a gloria. Las calles de Sevilla. La Universidad en el edificio de la antigua fábrica de tabacos. El Guadalquivir. Mi Maestranza. El barrio de Santa Cruz, indescriptible. Aquel bar de las columnas. Sierpes, Plaza Nueva, la Campana, Goyeneta, San Eloy... De nuevo Plaza de la Encarnación y el autobús número 32, que nos llevaba de regreso a tu barrio. Otra vez el Nervión Plaza. Una nueva siesta... Las fotos de tu ordenador. "Troya". Las caricias en el cine.
Un nuevo paseo por tu barrio. El calor. El Corte Inglés. Tus farfalle con salchichas. La última tarde. Nuestra conversación en el sofá. Lágrimas. Palabras que no se olvidan. La cena en el Gino's. La terraza en la que nos sentamos en San Bernardo. Tu vecino, aquel con el que nos cruzamos y que se quedó mirándome... Tú con las pinzas en la mano, sacándote pelillos de la barba, tranquilamente, para más tarde afeitarte... a la una de la madrugada. La última noche juntos...
Mi angustia al despertar, sintiendo que se me escapaban las horas. Antonio Orozco. Las prisas de última hora. El taxi que nos llevó hasta Plaza de Armas. Tu mano, que buscó la mía al pasar por la Maestranza. La pena, que aumentaba por momentos. La profunda tristeza que sentí al ver aparcado al "autobús chillón", que parecía esperarme solamente a mí. La despedida. Humedad en las mejillas. Yo subiendo al autobús, con el corazón hecho pedacitos. Tú, con cara de circunstancias. Tú, subiendo las escaleras mecánicas, alejándote poco a poco. Tú, finalmente, dándote la vuelta para decirme adiós con la mano y luego desaparecer tras aquel muro. Vacío absoluto. Soledad.
Después llegaron más llantos, peores aún. Las desilusiones, los desengaños, el dolor, tu silencio... Conociste a otra, estás con ella. A mí han vuelto a hacerme feliz, me han devuelto la confianza. Sin embargo, no he dejado de acordarme de ti. No he dejado de recordar algún pedazo de aquella historia, de aquellos días que pasamos juntos y que para mí fueron maravillosos. Como cabe esperar, no podía dejar de acordarme hoy, precisamente hoy, cuando se cumple justo un año de aquel viaje que para mí significó tanto. Tal vez volvamos a vernos pronto. Las cosas serán muy distintas, tendré que encajar como mejor pueda un último golpe... Sin embargo, ahí sigue mi amistad, sincera, por el recuerdo de esos días y de todo lo que he sentido por ti.

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