Afilando ideas
Acaba de saltar en el reproductor de Windows. Me recuerda mucho a ti. Supongo que tiene bastante que ver con aquella presentación de Powerpoint que te hicieron hace ya algunos años unos cuantos colegas (ejem...) en una nave perdida en mitad de La Mancha. Allí andábamos también tres personajes con viaje de ida y vuelta para despedirte antes de que pegaras la espantá londinense, ya sabes. Y la pobre Marta...
No tenía ni idea de que te gustara tanto. En cambio, ¿sabes que es perfecta? Como lo oyes, tío (bueno, mejor lees). Medio gamberra, con mucha fuerza y sin ninguna concesión a la galería. Vamos, lo que viene a ser más o menos tú. Sí, aunque la fuerza se convierta en demasiadas ocasiones en ganas de quemar el mundo, pero para que salga ardiendo con toda su puñetera carroña dentro.
El tiempo, a veces, tarda mucho en poner a cada uno en su sitio, dejando perdida de la mano de Dios a la gente que tiene los huevos suficientes como para hacer una tortilla cojonuda... y darle la vuelta, ya de paso.
Mientras buscamos la fórmula matemática que dé con la solución del problema, resulta curioso pensar cuáles son las casualidades que te hacen terminar compartiendo ideas sobre lo divino y lo humano con ese chaval que también escribía cartas en aquella revista. Creo que al final vas a tener razón y resulta que en el fondo todos somos siempre los mismos.
Tardes como esta reafirman mi teoría de que no hay nada como tomar un café con un buen amigo, aunque sea en La Esquina del Bernabéu. Piénsalo fríamente y sin tener en cuenta las circunstancias: ¿qué coño hacíamos tú y yo en La Esquina del Bernabéu? Es tan contraproducente como invitar a tus compañeros los gemelos a un bar de putas...
¡Y vuelve, que Morante sólo hay uno!
Etiquetas: Al descubierto
2 Comments:
A menudo, los mediocres no saben cómo joder/cargarse a los que valen de verdad, y simplemente tratan de pisotearlos y atacar donde más les duele: los sentimientos. Eso que ellos, los mediocres, no tienen. Me temo que a Cuchillo le pasa algo así. Vale demasiado para el ego de algunos que le rodean... y claro, eso jode. Jode y hay que eliminarlo. Pero con guante blanco. Que no se note.
Mucho ánimo...
A mí lo que me llama la atención de Cuchillo es su apelotante sentido del humor. Qué sorna, tío, da gusto, aunque deberíamos hacer un bloque y no mentarlo hasta que abra de nuevo su imprescindible blog.
La condesa de Estraza
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