2007... pues vale
ETA acaba con la tregua, a Saddam se lo cargan y Bulgaria y Rumanía se integran en la Unión Europea. Así termina el 2006 y comienza el 2007. Pero qué les voy a decir que ustedes ya no sepan sobre ello. ¿Qué tengo que decir yo al respecto? Pues que las dos primeras noticias me hacen pensar mucho y que la tercera un poquito. Lo siento pero yo no creo en la unidad de naciones tan dispares entre sí, aunque a todos nos benefice a la larga. Pero, en fin, yo no soy la más indicada para hablar, ya saben.
¿Yo? ¿Cómo he recibido el año? Pues miren, me siento como cuando el despertador suena por la mañana y lo vas apagando cada cinco minutos para quedarte un poquito más remoloneando entre las sábanas. Siento una especie de tristeza continuada, más bien desganada, pero vamos, que es que yo soy así, ya sabén. Nada, o poco, me hace reaccionar y salir de mi permanente estado de letargo.
¿Lo único bueno? Que hace poco recibí un regalo inesperado, justo cuando empezaba a dejar de creer en Gaspar. Es que yo soy de Gaspar, ¿saben ustedes? Le representé en el Belén viviente del colegio, cuando solamente tenía 11 añitos, pero realmente milito en el partido melchorista. Me inspira mucha ternura y le veo como una especie de sabio milenario... Yo qué sé, ideas, no busquen la coherencia.
En fin, a pesar de todo, y como cualquier persona que mantiene esperanzas, intento creer en todos los acontecimientos positivos que me esperan este año. A lo largo del 2006 me sucedieron cosas magníficas, y otras no tan buenas. No se preocupen que no las voy a relatar. Tan sólo espero, como cada mes de enero, seguir creciendo un poquito más como persona y tomar, cada vez, veredas mejor encauzadas.
Etiquetas: Al descubierto
1 Comments:
Valiente tu confesión escéptico europeísta. Otra cosa en la que coincidimos. Y otra: a mí el cambio de año también me deja un poquito tristón.
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