Time of your life
Quizá, uno de los tópicos literarios más manidos sea el de Carpe diem. Es himno de los niñatos a los que les va el rollo desfase con los colegas los fines de semana, flipar con su tunning por las calles de la ciudad, y poner a Camarón o un poco de hardcore a toda hostia en la radio del coche. Lo usan como subnick en el Messenger, intentando recordar lo poco que se les quedó de clase de Cultura Clásica o Literatura en el instituto, sin saber muy bien si era una frase griega o latina. Lo sé de buena tinta.
Carpe diem viene a resumir también muchos de esos e-mails que ya me he cansado de abrir y decido marcar como eliminado sin pararme a leerlos tan siquiera. Sí, esas estupendas presentaciones de Powerpoint con música de Enya, paisajes idílicos y consejos budistas o del psicólogo de la esquina. No sé cómo existe ser humano en el planeta capaz de soportarlos y, mucho menos, de reenviarlos o, lo que es peor, de hacerlos.
Beatus ille, Ubi sunt? o bien Tempus fugit son, en cambio, los que más interesantes me han parecido siempre. Sin embargo, parece ser que Carpe diem se ha puesto celoso, y va pidiendo una reinterpretación propia a grito pelado. Me ha confesado que está harto de que se le use de cualquier modo. Me parece que lo que necesita es que los que quieran colocarse bajo su nombre, sepan utilizar el tiempo a su favor y no que lo utilicen como excusa para ponerse hasta las trancas de... de cosas que no se encuentran en la farmacia. Me ha dicho que si le puedo echar una mano. De momento, lo estamos intentado, a ver qué sale.
Etiquetas: Al descubierto
2 Comments:
Como todo en esta vida si hace mal uso del Carpe Diem chungo. El problema es que hay Farmacias clandestinas.
Un beso
Si, eso del CARPE DIEM, viene a ser la mayor aberración filosófica pensada de todos los tiempos.
Me encantó el texto.
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