De mayor quiero ser como él
Mi desencanto cotidiano crece por momentos, por días, por horas, por minutos y por segundos. La culpable es la sensación pegajosa, con complejo de lapa, de haber perdido el norte desde hace mucho tiempo. Lo peor es que el cabrón no aparece, no quiere, sigue escondido y me estoy empezando a mosquear ya en demasía. Bueno, nunca tuve norte, es cierto, siempre fue sur. Eso es lo único que sé.
A ver si con un poco de suerte voy descubriendo verdades irrefutables sobre mí misma a las que agarrarme con fuerza. Una pequeña tablita en el mar, sólo pido eso. Seguro que a partir de ahí me pongo a remar y llego a la orilla... Digo yo.
En fin, sigo con mis plazos diarios, esos que comparo con sobrecitos de felicidad, ya saben. El último fue enorme. Tenía forma de Javier Ruibal y me lo trajeron muy bien compuestito, con envoltorio de Sala Clamores y propina de inmejorable compañía. De mayor me pido ser como él. Quiero tener esa serenidad, esa mirada de satisfacción personal, de "ratón colorao", de estar por encima del bien y del mal. Quién sabe... quizá en eso esté precisamente la clave. Últimamente veo señales por todos lados, sólo que no sé cuál seguir.
Os dejo con una de las canciones que escuché el sábado:
Etiquetas: Al descubierto, Jugando a ser cultureta
1 Comments:
Pues te felicito por saber que tienes sur. Es un buen comienzo, mejor que el de Sócrates. Saludos
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