lunes, septiembre 18, 2006

Análisis

Abulia. Mis días se suceden entre una "redacción" situada en un barrio pijo madrileño, la cama sobre la que caigo agotada con demasiada frecuencia y un ordenador encendido en mitad de la noche.
Deseo. Una fecha fijada cada vez más próxima es el único objetivo que mantiene la sonrisa de forma permenente en mi rostro.
Miedo. La responsabilidad añadida de forma imprevista a ese viaje me mantiene en guardia. Puedo caer o puedo subir. Es más probable que suceda lo primero que lo segundo. Una conoce cuáles son sus limitaciones. Pero también se considera valiente... a veces.
Maestranza. Supongo, deduzco que, para bien o para mal, pasará a ser uno de los lugares de mi "geografía personal". Increíble que tenga que ser ella precisamente. Ella, llena de aristocraticismo y mamoneo pero, como diria Bécquer... ¡Tan hermosa!
Alatriste. Prometí una crítica, como buena seguidora que soy de las aventuras del soldado del viejo Tercio de Cartagena. La desgana me impide, por ahora y de forma indefinida, escribirla. Por lo pronto, diré que la escena final es lo mejor. Recoge la esencia de la película y, lo que es más difícil, de los libros. Por cierto, Diego existía antes de Viggo Mortensen (cuya interpretación, a mi juicio, sólo merece elogios).
Orgullo. Por fin soy Licenciada. Me costó, pero por fin lo soy. Un título que deberá costarme en torno a 135 euros, una orla con falsa beca roja en sustitución de nuestra correspondiente muceta gris (capricho de algunos futuros e ignorantes periodistas) y una larga lista de frustraciones será lo que me quede. Miento. Serán los recuerdos.
Esperanza. La hay y mucha. Sólo tengo que enfrentarme al folio en blanco y, de nuevo, al brillo de tus ojos.

Alea iacta est. Que Dios reparta suerte...

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4 Comments:

Anonymous Anónimo said...

Habrá suerte, todo saldrá bien, y será el principio de otras muchas tardes de responsabilidad. No te acartones, no te vuelvas loca tomando notas, mira la corrida como cuando vas de aficionada y apunta lo que te haya quedado cuando estén arrastrando al toro. Bueno, quién coño soy yo para dar lecciones. Como tú lo veas, pero disfrútalo.

19/9/06 00:01  
Anonymous Anónimo said...

Quien dijo miedo torera?
Vive mientras puedas, sigue saltando sobre las hojas niña...
Mientras la vida no te mate... Mientras tengas a alguien a quien tocar...
Mientras tengas alguien que te quiera


/prltx <--- (shhh¡¡)

20/9/06 11:47  
Anonymous Anónimo said...

Felicidades!!!

Quiero conocer la historia completa, es mucho pedir???

Muacks

23/9/06 00:13  
Anonymous Anónimo said...

Pues niña lo has bordado con las crónicas de Sevilla y espero que esto sea el principio de una larga trayectoria periodístico-taurina. Además, con ese segundo apellido no te queda más remedio que saber y escribir de toros.

Un saludito

27/9/06 17:33  

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