Vascos: lo que callan las piedras
Cada lunes, a eso de las diez de la noche, mientras doy buena cuenta de la cena, veo el programa de Castilla La Mancha TV "Un paseo por las nubes". Este espacio, de cuyo formato fue pionera la cadena autonómica madrileña con "Madrid desde el aire", se dedica a filmar los parajes más interesantes de la geografía manchega desde un helicóptero, explicando, a través de un cuidado guión, la esencia de cada lugar.
Cuando algo me interesa, me llega o despierta mi interés, me preocupo, pongo en marcha el funcionamiento de mi cerebro bajo señalar de "alerta". Siento que me falta tiempo para buzear en la red con el objetivo de recabar más información, y no veo el momento de coger el coche y trasladarme al sitio en cuestión para verlo con mis propios ojos.
Así me sucedió con Ciudad de Vascos. Supe de su existencia gracias a este programa y, aún así, todavía me cuesta creer que no se trata de un vestigio arqueológico fruto de esa imaginación que de pequeña me llevaba a dibujar vetustas ciudades sepultadas bajo tierra.
Poco se sabe sobre este asentamiento árabe situado en el término municipal de Navalmoralejo (Toledo), sólo que debió construirse en torno al siglo X y que llegó a albergar cerca de tres mil habitantes, los cuales comenzaron a abandonar el lugar tan sólo un siglo después de su levantamiento.
Hasta ahora, incluso su nombre es un misterio. Para desvelarlo se barajan varias hipótesis, entre las que se encuentra la posibilidad de que se trate de una deformación fonética de Basak, uno de los tres distritos hispano - musulmanes en los que se dividía Talavera de la Reina. También se cree que su apelativo pueda deberse a los colonos vascos que pudieron repoblar la zona una vez conquistada por los cristianos. Sin embargo, todo esto no son más que conjeturas.
Ciudad - fortaleza cuyo objetivo era vigilar el paso del Tajo o núcleo urbano destinado a la extracción de hierro y oro de las minas existentes en la zona, Vascos permanece reacia a desvelar sus secretos a los arqueólogos que desde 1975 la estudian detenidamente. Una muralla de más de 3 kilómetros, una alcazaba, una mezquita, baños árabes, cementerios, casas, calles y multitud de utensilios relacionados con la minería, la fundición de metales y otros de uso doméstico y lúdico, suponen todo lo hallado, hasta el momento, en Ciudad de Vascos. Pero aún queda mucho que hacer hablar a las piedras, que se resisten a contar hasta lo más esencial sobre esta ciudad olvidada.
Por cierto, ¿a alguien le apetece ir de excursión?
Fuente: Revista "Clío" de Historia, Nº 70
Etiquetas: Jugando a ser cultureta, Jugando a ser periodista
3 Comments:
¡¡Me apunto!! No sé si es el tipo de compañía que buscas, pero me ofrezco como tal.
Desconocía que existiese ese enclave y me parece muy interesante y apropiado que te hayas hecho eco de él. Lo enlazo. Por cierto, me apuntaría a la excursión, pero me parece que estoy un poco lejos. Saludos.
He oido hablar de ese lugar y tengo ganas de conocerlo.
Un saludo
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